El aumento de los casos de sarampión en enero y febrero de 2022 revela que existe un mayor riesgo de que aumente la propagación de la enfermedad, loo que podría desencadenar un incremento de los brotes epidémicos.
Esta situación podría afectar a millones de niños y niñas en 2022, según advierten la OMS y UNICEF.
El riesgo de que se produzcan brotes se debería al desplazamiento de millones de personas debido a los conflictos y las crisis, como en Ucrania, Etiopía, Somalia y Afganistán, las interrupciones en los servicios de inmunización sistemática y de vacunación contra el COVID-19, la falta de agua potable y saneamiento y el hacinamiento aumentan el riesgo.
En enero y febrero de 2022 se notificaron casi 17.338 casos de sarampión en todo el mundo, frente a los 9.665 de los dos primeros meses de 2021.
Como el sarampión es muy contagioso, los casos tienden a aparecer rápidamente cuando los niveles de vacunación disminuyen.
Aparte de su efecto directo en el organismo, que puede ser letal, el virus del sarampión también debilita el sistema inmunitario y aumenta la vulnerabilidad de los niños a otras enfermedades infecciosas como la neumonía y la diarrea, incluso varios meses después de que se produzca la infección por sarampión.
En 2020, 23 millones de niños no recibieron las vacunas infantiles básicas a través de los servicios sanitarios sistemáticos, la cifra más elevada desde 2009, y 3,7 millones más que en 2019.