Agencias.- Tras un trasplante de células madres, un paciente londinense entró en remisión y lleva 18 meses sin tomar antirretrovirales. El segundo caso en 12 años.
Timothy Brown, un paciente seropositivo residente en Berlín, fue sometido a un trasplante de médula (donde se encuentran las células madres) hace 11 años. Desde ese entonces, el VIH entró en remisión y el llamado “paciente de Berlín” dejó de tomar antirretrovirales. El virus había desparecido.
Los científicos han intentado duplicar este caso, y han fracasado durante los últimos 12 años hasta hoy, cuando el centro de investigación IrsiCaixa de Barcelona identificó otro paciente que, tras un trasplante de células madres, dejó de tomar antirretrovirales y lleva 18 meses sin VIH. Publicaron los hallazgos en la revista Nature. Le llaman “el paciente de Londres”.
Esta es la segunda vez desde que comenzó la lucha contra el VIH que se confirma que el virus desaparece. En público, los científicos están describiendo el caso como una remisión a largo plazo. En las entrevistas, la mayoría de los expertos lo llaman una cura, con la advertencia de que es difícil saber cómo definir la palabra cuando solo hay dos casos conocidos, dice el New York Times.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) afecta las células inmunitarias, encargadas de protegernos de las enfermedades. Infecta las células sanas e impide que el sistema inmune lo encuentre y lo combata. Para eso los antirretrovirales, que son cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios. Pero no cura la infección, solo hace que el virus se multiplique más lento y, por lo tanto, no destruya las defensas del cuerpo. Es por eso que el paciente de Londres es considerado un hito para la lucha contra el VIH / SIDA.
De acuerdo con El País de España, tanto el paciente de Berlín como el paciente de Londres estaban infectados de VIH y recibieron trasplantes de médula ósea, pero estaban destinados no a curar el VIH, sino a tratar leucemia en el primero y un linfoma de Hodgkin en el segundo.
El tratamiento para un trasplante de médula comienza con una quimioterapia agresiva que destruye la médula ósea, donde se encuentra el tumor maligno y es, a su vez, uno de los reservorios del VIH. “La quimio fulmina, al mismo tiempo, las células tumorales y las células infectadas latentes. Luego, con un trasplante de células madre de un donante sano, se reconstruye la médula con un ejército de células sanas, se cura la dolencia hematológica y se elimina el VIH”.
Pero esta historia tiene un poco de suerte, y por eso mismo, el tratamiento de trasplante de médula ósea no se traduce a la población general que tiene el VIH. El paciente de Berlín tenía una mutación en el gen CCR5 Delta 32, que solo afecta al 1% de la población europea, y que impide que el VIH penetre las células. El paciente de Londres también tuvo suerte, pues fue trasplantado con las células de un donante con esa mutación. Por otro lado, los tratamiento antirretrovirales funcionan cada vez mejor y con menos efectos secundarios, contrario a los trasplantes de médula ósea, que son agresivos y tienen efectos secundarios que permanecen por años.
Hasta el momento, los científicos rastrearon 38 personas infectadas con H.I.V. que han recibido trasplantes de médula ósea, incluidas seis de donantes sin la mutación. El paciente de Londres tiene 36 en esta lista. Otro, el número 19 en la lista y referido como el “paciente de Düsseldorf”, ha estado en remisión por cuatro meses, sin tomar antirretrovirales. Los detalles de ese caso se presentarán en una conferencia en Seattle (Estados Unidos) esta semana.
El Espectador