Varias familias tuvieron que abandonar el viernes sus residencias que estaban situadas sobre una colina frente al mar en San Clemente, California, por el peligro de que caigan a un precipicio que se formó por las torrenciales lluvias y que ya se llevó sus patios traseros.
Las autoridades advirtieron que es posible que no se les permita volver durante algún tiempo, mientras se investiga.
Por su parte el Servicio Meteorológico Nacional indicó que siguen los pronósticos de fuertes lluvias para el sur de California a principios de la próxima semana.
California ha sido azotada por 11 ríos atmosféricos en un ciclo casi ininterrumpido que ha provocado inundaciones y deslizamientos de tierra, dejando varados a los habitantes de las montañas en una histórica nevada que además provocó que miles de personas se quedaran sin electricidad.
La supervisora del condado de Orange, Katrina Foley, señaló que los daños causados por las tormentas han superado los 4 millones de dólares y que la cifra aumentará.
Algunas playas del sur de California fueron cerradas porque las fuertes lluvias abrumaron los sistemas de alcantarillado y enviaron miles de galones de aguas residuales sin tratar al mar.