“Estos no son actos de protesta pacífica, son actos de terrorismo doméstico”, dijo este lunes el presidente Donald Trump, en un mensaje a la nación desde la Casa Blanca, minutos antes de que entrara en vigor el toque de queda en la capital de Estados Unidos, ante una nueva noche de protestas.
La muerte del afroamericano George Floyd en manos de la policía, ha desencadenado estas manifestaciones que se han convertido en disturbios desde el pasado fin de semana a los largo del país.
Si los gobernadores de los Estados no terminan ya con la violencia, ha advertido, utilizará al Ejército “para resolver el problema por ellos”. El presidente ha dicho que prepara un despliegue de fuerza que “dominará las calles” hasta que “la violencia sea sofocada”.
El mandatario ha llamado “escoria” a los alborotadores y ha dicho que Minnesota, epicentro de las protestas tras la muerte a manos de la policía del afroamericano George Floyd, se ha convertido en “un hazmerreír por todo el mundo”.
El domingo por la noche, la sexta jornada de protestas contra el racismo en las fuerzas de seguridad, al menos 25 grandes ciudades del país decretaron el toque de queda ante el aumento en intensidad de los disturbios.
Imágenes como las de una iglesia histórica en llamas frente a la Casa Blanca o el Ejército patrullando las calles de Santa Mónica sirvieron de símbolos de que la protesta está aún lejos de terminar.