El impacto negativo asociado al cambio climático ha provocado que el estado de conservación de la Gran Barrera de Coral australiana se agrave a “considerable preocupación” hasta alcanzar un nivel “crítico”, según alertó un reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Los autores explican que el arrecife sufre los efectos destructivos del calentamiento oceánico, la acidificación del agua y de condiciones meteorológicas extremas.
Como resultado, se produce la decoloración del coral, algo que ocurre cuando la temperatura oceánica es demasiado elevada y las algas que expulsan los corales de sus tejidos hacen que estos pierdan su coloración original hasta adquirir un tono completamente blanco.
Los expertos advierten que la destrucción del arrecife, que sirve de hábitat para más de 1.500 especies de peces, acarrea, además, una caída en las poblaciones de algunas especies marinas.