Celia Tello, una mujer de 68 años residente de la ciudad de Ica (Perú), vivió un verdadero milagro al salvarse de una situación potencialmente mortal después de ingerir un clavo que se encontraba en un plato de chicharrones que había preparado para compartir con su familia. Lo que parecía ser un momento de alegría y celebración se convirtió en una emergencia médica de proporciones inimaginables.
El incidente tuvo lugar durante la visita de su hija desde España en febrero pasado, cuando Tello, llena de felicidad por el encuentro familiar, disfrutaba de la comida que ella misma había preparado. Fue entonces cuando sintió una molestia aguda en la garganta, que inicialmente atribuyó a una infección.
Sin embargo, la situación se tornó crítica cuando comenzó a experimentar inflamación en el cuello y a toser sangre. Consciente del peligro, decidió buscar ayuda médica de emergencia en el Hospital Almenara de Lima. Los médicos, al realizar una tomografía, descubrieron con sorpresa un clavo incrustado en la arteria carótida de la paciente. Este hallazgo desencadenó una intervención médica urgente por parte del equipo especializado en cirugías de alto riesgo.
El equipo de Cirugía Cardiaca y Vascular Periférica del Hospital Almenara, bajo la dirección del cirujano Juan Diego Cuipal Alcalde, llevó a cabo una operación de rescate que duró varias horas. El objetivo era extraer el clavo que había perforado la garganta de Tello y comprometido su arteria carótida, una situación que podría haber sido fatal de no ser tratada a tiempo.
El doctor Cuipal Alcalde explicó que este caso fue excepcionalmente delicado, ya que implicó una “disección” cuidadosa para garantizar la eliminación del objeto metálico sin causar complicaciones adicionales como la formación de coágulos que pudieran afectar al cerebro.
La operación fue un éxito, logrando retirar un clavo de 5 centímetros que había atravesado la arteria carótida de la paciente. Este procedimiento, que constituye el primer caso reportado y resuelto en el país, ha sido identificado como el tercero de su tipo en América Latina y uno de los pocos casos a nivel mundial.
Después de siete días de hospitalización y recuperación, Celia Tello pudo volver a ingerir alimentos sin experimentar complicaciones neurológicas. El médico a cargo resaltó que la paciente cumplió un año más de vida gracias a la exitosa operación, considerándolo como el mejor regalo posible para ella y su familia.