Naftali Bennett prestó juramento este domingo como nuevo primer ministro de Israel, tras ganar la votación solo 60 votos contra 59; Su victoria pone fin a 12 años de poder del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, el líder con más años en el cargo en el país.
Bennett del movimiento nacionalista Yamina, prometió “unir a la nación”, en su primera reunión luego de que el Parlamento de Israel, la Knesset, haya aprobado la investidura.
Mientras se producía la reunión, miles de personas celebraron en Tel Aviv con confeti y espuma el nuevo Gobierno y a su vez coreaban “Bibi, vete a casa” mientras que cientos de israelíes religiosos se concentraron en el muro de las lamentaciones para rezar en rechazo a Bennett.
Bennett llega al poder merced a una amplia coalición de Gobierno que abarca a la práctica totalidad del espectro político y que le permitirá desempeñar el cargo de primer ministro durante los dos próximos años, hasta que sea sustituido por el líder del partido centrista Yesh Atid, Yair Lapid. Este, por su parte, ejercerá de primer ministro suplente y ministro de Exteriores.
Después de cuatro elecciones en dos años, el gobierno entrante rompe un largo estancamiento político y da paso a la coalición más diversa que jamás haya visto Israel, incluido el primer partido árabe que forma parte del gobierno.
Bennett afirmó que su coalición no dejará que Irán “se dote de un arma nuclear”
“Este gobierno comienza su trabajo con la más grave de las amenazas a la seguridad”, dijo a propósito de Irán, asegurando que su país “se reserva una libertad total de acción” contra su enemigo jurado, que niega buscar una arma atómica.
Desde su inicio enfrentará desafíos como la marcha prevista para el martes de la extrema derecha en Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad ocupada por Israel.
Por su parte el grupo terrorista Hamas, en el poder de Gaza, ya amenazó con tomar represalias si la marcha llega cerca de la Explanada de las Mezquitas. Dijo también que el nuevo gobierno no cambia “nada” en sus relaciones con Israel.