El papa Francisco besó el tatuaje en el brazo de una sobreviviente de Auschwitz durante la audiencia general del miércoles, imagen que le ha dado la vuelta a las redes sociales, de acuerdo a AP.
Lidia Maksymowicz, una ciudadana polaca deportada a Auschwitz desde su Bielorrusia cuando tenía tres años; pasó tres años en la zona de niños del campo y fue sujeto de experimentos del médico Josef Mengele, conocido como el “Ángel de la Muerte”.
La anciana de 81 años, se subió la manga de su vestido para enseñarle al papa el número con el que los nazis marcaban a los prisioneros que entraban en los campos de concentración y Francisco lo beso antes de abrazarla.
No habló con el papa, dijo Lidia “Nos entendimos con la mirada”.
Maksymowicz se encuentra en Italia para la presentación del documental que cuenta su vida y que lleva como título el número que le tatuaron: “70072, la niña que no sabía odiar”.
Ella además ha participado en eventos para educar a la juventud acerca del Holocausto.
Fue liberada de Auschwitz en enero de 1945 por soldados soviéticos y entregada en adopción a una familia polaca, donde vivió su juventud imaginando que su madre había muerto. Pero en 1962 localizaron a su verdadera madre, que también había creído que su pequeña hija estaba muerta.