Redacción.- Luego de que enormes cantidades de material radioactivo como curio, uranio y plutonio se liberaran tras la apertura del núcleo de un reactor en la Central Nuclear de Chernóbil el 26 de abril de 1986, se construyó un sarcófago con el fin de evitar que los contaminantes se sigan propagando.
Más de tres décadas después, según reportes, la estructura está al borde del colapso.
El sarcófago se tambalea y es por ello que está siendo desmantelado, luego de que especialistas advirtieran sobre un posible derrumbe de la construcción que contiene 200 toneladas de curio radioactivo, 30 toneladas de polvo contaminado y 16 toneladas de uranio y plutonio.
La cubierta contaba con 400 000 metros cúbicos de hormigón y alrededor de 7 300 toneladas de acero, pero por la urgencia de construirlo no fue sellado correctamente y los techos presentan aberturas por las que se ha filtrado agua.
La empresa ucraniana encargada de gestionar la central de Chernóbil, se anunció el pasado 2 de agosto que el 29 de julio se firmó un contrato para desmantelar el sarcófago y construir uno nuevo.
Según la empresa, el desmantelamiento del actual sarcófago se realizará manejando los altos volúmenes de desechos radioactivos y asegurando la seguridad del personal en todo momento.
La empresa reconoce que “la retirada de cada elemento aumentará el riesgo de colapso de los refugios, lo que a su vez provocará la liberación de grandes materiales radioactivos”.
Estos probablemente no llegarán a la atmósfera pues durante los últimos nueve años, los trabajadores han estado construyendo un caparazón de 32 000 toneladas alrededor del sarcófago.
Se espera que los esfuerzos de desmantelar el sarcófago y limpiar residuos radioactivos que aún están en el reactor número cuatro dure hasta el año 2065.