En Reino Unido, un joven con antecedente de alergias sufrió un desgarro traqueal luego de intentar contener un estornudo, tratándose del primer caso documentado de tal lesión, registrado en el British Medical Journal.
La supresión del reflejo de estornudo al cerrar la nariz y la boca provocó que el aire a presión escapara hacia el tejido del cuello y su pecho, desgarrando el delicado tejido.
Estas lesiones son raras y suelen detectarse cuando los pacientes sufren síntomas de dificultad respiratoria. En este caso, la presión en las vías respiratorias se disparó hasta 20 veces por encima de lo normal, debido al impacto de contener el estornudo.
Al no soportar el dolor en el cuello, fue trasladado a un hospital donde tras estudios, los escáneres revelaron un pequeño desgarro en su tráquea.
Aunque estos pueden causar problemas respiratorios potencialmente mortales y son comunes las infecciones graves, en este caso, corrió con suerte porque su caso no era tan grave y se le dio tratamiento en base a paracetamol y codeína.
Los médicos advirtieron que no debe sofocarse un estornudos, ya que pueden provocar numerosas complicaciones, como el neumomediastino, la perforación de la membrana timpánica e incluso la rotura de un aneurisma cerebral.