La segunda fase de pruebas clínicas de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford en colaboración con la farmacéutica AstraZeneca, demuestra que es segura en personas mayores sanas y provoca una respuesta inmune en el 99 por ciento de los casos.
Los investigadores probaron el preparado, llamado ChAdOx1 nCoV-19, en un experimento con 560 adultos sanos, entre ellos 240 de más de 70 años, con el objetivo de observar su impacto en el sistema inmune y posibles efectos secundarios.
Los investigadores explican que los efectos secundarios fueron incluso menos comunes en los adultos mayores que en los más jóvenes.
La vacuna indujo anticuerpos contra la proteína de punta del coronavirus 28 días después de una primera dosis baja o estándar en todos los grupos de edad. Después de la vacuna de refuerzo, el nivel de anticuerpos aumentó a los 56 días del inicio del experimento, y lo mismo sucedió con los anticuerpos neutralizadores 42 días después.
Por su parte, la respuesta de las células T contra la proteína de punta del coronavirus culminó catorce días después de la primera inoculación, al margen de la edad o la dosis.
Los autores reconocen que su experimento “tiene limitaciones”, por ejemplo que las personas más mayores tenían una media de edad de 73 o 74 años y estaban sanas, lo que no refleja la situación en las residencias de ancianos.
Además, añaden, la mayoría de voluntarios de cualquier edad eran blancos y no fumadores, por lo que en la tercera fase de los ensayos clínicos se extenderán las pruebas a gente de diferentes procedencias.