El tornado que arrasó esta semana una importante planta farmacéutica de Pfizer en Carolina del Norte “destruyó casi por completo” el almacén de la planta donde se almacenaban materias primas, suministros y medicamentos que iban a ser entregados a hospitales de todo Estados Unidos.
La planta, con sede en Rocky Mount, Carolina del Norte, fabricaba unos 150 medicamentos muchos de los cuales se utilizan en hospitales como: fentanilo y morfina para el tratamiento del dolor, y anestésicos para cirugía.
Entre los medicamentos que se fabrican se encuentran los anestésicos utilizados para sedar a los pacientes durante las cirugías y la intubación, como el propofol y el etomidato; además fabrican analgésicos para el tratamiento del dolor, potentes antibióticos como la vancomicina y bloqueadores neuromusculares como el cisatracurio y la succinilcolina, que se utilizan durante las intervenciones.
El director general de Pfizer, Albert Bourla, visitó el lugar del siniestro y está trabajando con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), evaluando el impacto que el desastre natural podría tener en el suministro de medicamentos del país.
Evaluar los daños será difícil, según Pfizer, ya que sólo un pequeño número de personas tiene acceso limitado a las instalaciones debido a los peligros aún presentes desde el tornado.
La reparación o sustitución del equipamiento para fabricar los medicamentos sería un proceso más difícil y lento. La planta produce casi el 25% de los medicamentos inyectables estériles que se utilizan en los hospitales de EEUU y es una de las mayores del mundo