Arqueólogos del INAH informaron del hallazgo de una veintena de entierros humanos consagrados a un templo – pirámide de la zona arqueológica de Moral-Reforma, lo que sugiere que la construcción estuvo vinculada con la muerte o una deidad del inframundo maya.
La edificación donde fueron ubicados se conoce como Estructura 18, en la plaza oriente de la antigua ciudad
Uno contiene 13 entierros entre cráneos humanos masculinos, fragmentos de mandíbulas y huesos de extremidades, de los que al menos ocho habrían sido decapitados y parte de sus cuerpos desmembrados y colocadas de forma separada, para consagrar el templo.
Data del periodo clásico tardío (600-900 d.C.), es decir, cuando el sitio arqueológico se consolidó como enclave en el control de la navegación, el intercambio cultural y de mercancías entre los pueblos mayas del Petén guatemalteco y los asentados en la costa del Golfo de México.
El segundo grupo fue encontrado debajo del primero y podría tener cerca de dos milenios de antigüedad e incluye 567 piezas: cuentas de concha y jade, anillos, vasijas, puntas de proyectil, agujas de hueso y caracoles perforados.