La administración de Donald Trump ordenó al Departamento de Estado denegar visas a extranjeros por motivos como la edad y padecimientos de enfermedades como diabetes y obesidad.
Según Washington, estos solicitantes tienen una alta probabilidad de convertirse en una “carga pública” a causa de sus problemas de salud.
El secretario de Estado, Marco Rubio, informó a los consulados y embajadas estadounidenses en todo el mundo sobre los cambios en un cable del 6 de noviembre, según una copia obtenida y verificada por The Washington Post.
Esta medida amplía los controles médicos actuales más allá de las enfermedades contagiosas y proporciona a los funcionarios de visas nuevas razones para rechazar a los solicitantes, en el último intento del gobierno de Trump por restringir la inmigración.
“Deben tener en cuenta la salud del solicitante… Ciertas afecciones médicas -entre ellas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, enfermedades metabólicas, neurológicas y trastornos mentales- pueden requerir atención médica por valor de cientos de miles de dólares”.
Este fue redactado por la cúpula política de la agencia y no pasó por los canales normales de revisión, que suelen incluir la opinión del personal de carrera, según un alto funcionario del Departamento de Estado que habló bajo condición de anonimato.
Según el cable, la guía del Departamento de Estado también ordena a los funcionarios de visas que consideren a los solicitantes inelegibles para ingresar a Estados Unidos por varias razones nuevas, entre ellas si han superado la edad de jubilación, cuántos dependientes (hijos o padres ancianos) tienen y si alguno de ellos tiene “necesidades especiales” o discapacidades.
En los últimos meses, los planes para disuadir la llegada de más extranjeros al país incluyen el pago de tarifas de hasta 15,000 dólares para viajeros de ciertos países, una cuota de 100,000 dólares para trabajadores con visado H-1B, y la negación de trámites por el hallazgo de opiniones antiestadounidenses, entre otras.