Agentes del Departamento de Seguridad Interior del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Patrulla Fronteriza lanzaron el sábado una redada de grandes dimensiones en la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte.
El Departamento de Seguridad Interior destacó que se trató de una operación para “garantizar que los estadounidenses estén a salvo y que se eliminan las amenazas a la seguridad pública”, según informó la televisión NBC.
Sin embargo, las autoridades locales se desvincularon de la iniciativa y en particular el Departamento de Policía de Charlotte subrayó que no participaron en la operación. Además instaron a la población a permanecer en calma.
El sheriff del condado de Mecklenburg, Garry McFadden, había confirmado previamente que las autoridades federales iban a intervenir en la ciudad.
Desde el Departamento de Seguridad Interior, su portavoz, Tricia McLaughlin, advirtió que ha habido “demasiadas víctimas” de crímenes perpetrados por inmigrantes indocumentados y que el presidente, Donald Trump, y la Secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, “intervendrán para proteger a los estadunidenses cuando lo hagan los políticos de santuario”, en referencia a las ciudades gobernadas por la oposición y que no han puesto en marcha medidas para perseguir a los inmigrantes.
Las autoridades del condado denunciaron que la intervención de las fuerzas de seguridad federales “están causando un miedo e inseguridad innecesarios en la comunidad, igual que en operaciones recientes en otras ciudades, en las que han sido detenidas personas sin antecedentes penales y se han producido protestas violentas consecuencia de las acciones sin aval legal”.