Dos excursionistas mexicanos y tres europeos perdieron la vida en el Parque Nacional Torres del Paine, en la Región de Magallanes, al extremo sur de Chile, tras una tormenta de nieve, confirmó este martes la Delegación Presidencial de la zona.
Otras cuatro personas que habían desaparecido fueron hallados con vida.
“Tenemos que informar de cinco personas fallecidas”, dos mexicanos, dos alemanes y una británica, dijo a la prensa José Antonio Ruiz, delegado presidencial en la región de Magallanes.
Los turistas -un hombre y una mujer- realizaban el circuito de trekking de la “O”, que da una vuelta completa al parque, en medio de nevadas y fuertes vientos que llegaron repentinamente al lugar.
Una de las víctimas, un mexicano, fue hallado sin vida dentro del parque; una mujer, también integrante del grupo, logró ser evacuada con un cuadro avanzado de hipotermia, pero murió durante el traslado a un refugio. Otro excursionista consiguió comunicarse con los equipos de emergencia y fue rescatado con vida.
La tormenta que atrapó a los caminantes no fue un fenómeno menor. En el punto donde se extraviaron se registraron ráfagas de viento de hasta 193 kilómetros por hora, una intensidad equivalente a un huracán de categoría 3. A ello se sumaron nevadas repentinas y temperaturas que cayeron en cuestión de horas, un patrón habitual en la Patagonia austral pero devastador para quienes quedan expuestos en zonas abiertas o con escasa protección.
Los equipos de rescate -integrados por Carabineros, el Ejército, personal de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y especialistas en alta montaña- avanzaron con dificultad debido al mal tiempo persistente.
La CONAF decretó el cierre preventivo de varios sectores del parque para facilitar las operaciones y evitar que nuevos visitantes se expongan al riesgo.
Torres del Paine, con sus 227.000 hectáreas de montañas, glaciares y lagos de tonos turquesa, es uno de los destinos de aventura más célebres del continente. Solo en 2023 recibió más de 300.000 visitantes, según cifras oficiales.
Pero su fama está acompañada de advertencias permanentes: incluso en verano, las condiciones pueden cambiar en minutos, con vientos súbitos, precipitaciones intensas y descensos bruscos de temperatura.