Agencias.- Según ha detectado un equipo de científicos a partir de mediciones de la luz, mucho más allá de las fronteras del sistema solar existe un exoplaneta gigante y muy caliente donde masas de vapor de este metal podrían precipitar en el suelo.
El astro donde se da tal fenómeno se encuentra a unos 390 años luz, en la constelación de Piscis. Fue descubierto en 2013 cuando se le bautizó como WASP-76b.
“Lo que hemos hecho ahora ha sido caracterizar la atmósfera del planeta con el instrumento de mayor precisión del mundo”, explica la coautora de la investigación Maria Rosa Zapatero, del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y coordinadora del equipo científico de Espresso, aparato que permitió el hallazgo instalado en el VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile.
WASP-76b recibe miles de veces más radiación de su estrella que recibida por la Tierra desde el Sol por ser su astro más caliente, encontrarse más cerca y tener el planeta mayor masa. Además, tarda lo mismo en rotar sobre su eje que en dar la vuelta alrededor de la estrella, por lo que en una cara del planeta siempre es de día y en la otra de noche.
Ambas características provocan que en la parte iluminada las temperaturas superen los 2.400°C , lo que supone una diferencia de más de 1.000 °C con la cara nocturna. Tanto calor provoca que las moléculas se dividan en átomos y metales, como el hierro, y se evaporen hacia la atmósfera.
Según explica la investigadora, el hierro se adapta a las nuevas condiciones a las que se expone, que en este caso es la bajada de temperaturas, lo que provoca que pase a ser liquido y a formar parte de otros materiales sólidos.
Tal fenómeno supone que las masas de nubes deberían circular hacia la parte fría del planeta. Espresso también detectó que desde la parte iluminada por la estrella se inyectaba material caliente a la parte no iluminada a velocidades de kilómetros por segundo. Los científicos atribuyen a la propia rotación del planeta y a los vientos atmosféricos el desplazamiento del hierro gaseoso.
Según concluyen los autores, el trabajo también demuestra que se cuenta con una nueva manera de rastrear el clima de los exoplanetas más extremos. Espresso se diseñó en un principio para “cazar” planetas similares a la Tierra en órbita alrededor de estrellas como el Sol, pero ha resultado ser un instrumento mucho más versátil y se ha convertido en fundamental para el estudio de las atmósferas de los exoplanetas.