El primer ministro Mario Draghi reconoció este viernes que Italia encara “una nueva ola” de contagios por COVID19 a un añ del inicio de la pandemia, por lo que buena parte del país será confinado a partir del lunes.
“En esas dos semanas aumentó en casi 5,000 el número de hospitalizados por ser positivos al virus y el número de pacientes en terapia intensiva es superior a los 650”, añadió.
La siguiente semana deberían cerrar escuelas, bares y restaurantes en gran parte de las 20 regiones del país.
Además, los viajes están autorizados sólo en caso de necesidad laboral, compra de artículos de primera necesidad y por urgencias médicas.
Aunque el país puso en marcha su plan de vacunación a finales de diciembre, las entregas se han ralentizado considerablemente y solo 1,8 millones de personas (de una población de 60 millones) han recibido dos dosis.
Las grandes regiones del norte Lombardía, Piamonte, Véneto, Emilia-Romaña, así como Lacio y Calabria, al sur, corren el riesgo de ser declaradas zona roja.
Esto ocurre en en plena polémica en Europa sobre la administración de la vacuna de AstraZeneca y sus posibles efectos secundarios.