Agencias.- Un grupo de mujeres protestó en el Palacio Nacional, contra el feminicidio de Ingrid Escamilla, la joven que fue brutalmente asesinada por su pareja el pasado 9 de febrero en la Ciudad de México.
En la manifestación participaron encapuchadas quienes terminaron por pintar las paredes de Palacio Nacional y la puerta Mariana, misma que una de ellas trató de incendiar pues prendieron fuego a una red que cubre un pilar.
Incluso el subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Arturo Medina, intentó hablar con ellas, pero fue rociado con pintura y agredido. Leticia Ramírez, directora de la Oficina de Atención Ciudadana de la Presidencia, fue quien finalmente las atendió.
Ante el desenfreno, policías tuvieron que colocar vallas alrededor de monumentos y edificios del Centro para evitar que se realizaran más pintas y destrozos, como ocurrió en Palacio Nacional.
Por la tarde, cientos de mujeres se reunieron en el memorial conocido como Antimonumenta, ubicado frente al Palacio de Bellas Artes, para iniciar la marcha hacia la sede de otro periódico. Las manifestantes trataron de entrar por una puerta trasera del edificio y pintaron y quemaron un camión repartidor.
El grupo gritó consignas y empujó a la valla formada por mujeres policías, quienes lanzaron gases para dispersarlas y evitar un enfrentamiento mayor.
Luego de ser recibidas por el director del medio, continuaron su protesta hacia el Ángel de la Independencia. A su paso vandalizaron la estación Hidalgo del Metrobús y diverso mobiliario urbano en Paseo de la Reforma. Durante su camino coreaban el tema del performance Un violador en tu camino.
Al llegar al Ángel se enfrentaron nuevamente con la policía, que roció anhídrido carbónico (sustancia que contienen los extintores) para dispersarlas. Ahí concluyeron su jornada de protesta.
También levantaron cartulinas con los nombres de algunas de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio y cuyas familias no han obtenido respuesta. Tal como es el caso de Diana Velázquez Florencio. “Dos años de impunidad” declaraba la manta. Más tarde, alrededor del mediodía un grupo de feministas cubiertas por el icónico pañuelo verde (que es símbolo del apoyo al aborto).