Al menos 33 personas han muerto y docenas se reportan como desaparecidas tras las fuertes inundaciones registradas a causa de fuertes aguaceros que se prolongaron durante horas en ambos países, que arrastraron autos y derribaran algunos edificios.
Hay poblaciones inundadas, vías bloqueadas y un dique de una represa que tuvieron que ser reforzado por el peligro de que se rompa por la presión del agua.
En Alemania las autoridades municipales de Ahrweiler, en el estado federado de Renania-Palatinado, confirmaron la muerte de cuatro personas y la desaparición de otras 30, además fallecieron dos bomberos que trabajaban en las tareas de rescate.
En la ciudad de Hagen, en cuyas calles las aguas llegan hasta la cadera, según testigos; además una residencia de ancianos tuvo que ser evacuada después de que se inundase la primera planta.
Por su parte en Bélgica, la zona más afectada es la región de Valonia, y en particular las provincias de Lieja y Luxemburgo. Dos de los fallecimientos tuvieron lugar en las localidades de Eupen y Aywaille, ambas en Lieja, según confirmaron autoridades locales.
El Instituto Real de Meteorología de Bélgica puso a Lieja en código rojo.
El agua cubrió tramos de varias autopistas importantes y el tráfico ferroviario del sur y el este de Bélgica quedó paralizado.
Las autoridades belgas pidieron a la población de las zonas más afectadas, mucha prudencia y que evitar todo desplazamiento no esencial.
Algunas zonas recibieron en uno o dos días el equivalente a la lluvia de dos meses, según el servicio meteorológico francés.