Termina el fenómeno de El Niño; qué puede ocurrir con La Niña en próximos meses

El fenómeno meteorológico de El Niño contribuyó junto con el cambio climático, a elevar las temperaturas globales a nuevos máximos en los últimos meses y ahora, ya ha finalizado, indicaron científicos de la Oficina Australiana de Meteorología, según BBC News Mundo.

Mientras que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) pronosticó que El Niño llega a su fin y que lo hará entre los meses de abril y junio, coincidiendo con la Organización Meteorológica Mundial (WMO), que estima un 80% de posibilidades de condiciones neutrales -ni El Niño ni La Niña- entre este abril y junio.

El último episodio de El Niño, que comenzó en junio del año pasado, llevó aguas más cálidas a la superficie del Pacífico, lo que agregó calor adicional a la atmósfera e hizo que aumentaran las temperaturas a nivel global, batiéndose récords históricos mes tras mes.

Pero lo que pueda suceder en los próximos meses es aún incierto.

Investigadores estadounidenses afirmaron recientemente que había un 60% de posibilidades de que La Niña se desarrolle entre junio y agosto, y un 85% de que esto suceda hasta el otoño boreal.

Este fenómeno puede tener un significativo impacto en la formación de tormentas y huracanes y algunos expertos predicen que su llegada presagiaría una temporada de huracanes muy activa en el Atlántico.

El efecto de enfriamiento de La Niña también puede desacelerar ligeramente el ritmo del calentamiento global. Esto podría indicar que las temperaturas récord experimentadas el año pasado no son la evidencia de que el mundo haya entrado en una fase de calentamiento más rápida.

¿Por qué se forman estos fenómenos?

No hay algo exacto de lo que inicia el proceso, pero de vez en cuando, las condiciones de presión del aire cambian sobre el Pacífico ecuatorial, afectando los vientos alisios del sureste – de las regiones intertropicales- que normalmente soplan de este a oeste.

Algunos barajan que la rotación de la Tierra pueda afectar al movimiento de esos vientos, que actúan sobre la superficie del agua oceánica.

Aunque se sabe que el viento es el detonante, hay distintas teorías sobre por qué ese viento se altera, entre ellas la que sostiene que las variaciones en la actividad solar provocan calentamientos diferentes en el planeta y, a su vez, presiones diferentes.

Durante El Niño los vientos alisios se debilitan, de manera que se mueve menos agua hacia el oeste, por lo que la parte central y oriental del Pacífico se calientan más de lo habitual. A veces viene después un enfriamiento muy brusco y se convierte en La Niña, aunque también puede haber Niñas cuando no hay Niño, según los expertos.

Durante La Niña los vientos se fortalecen, por lo que la masa de agua calentada por el sol es empujada hacia el oeste. Mientras tanto, en el Pacífico oriental, se eleva agua fría y profunda para reemplazar la caliente.

El Niño no tiene un período fijo: suele durar entre 9 y 12 meses y su intensidad también puede variar. Los eventos de La Niña pueden durar de 9 meses a 3 años.