El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, anunció este martes la firma de un acuerdo con Azerbaiyán para cesar las hostilidades en Nagorno Karabaj.
En una publicación en sus redes sociales, el jefe de Estado calificó la decisión como “difícil” pero realizada “en base a un análisis profundo de la situación militar” y “en la creencia de que esta es la mejor solución para la situación creada”.
Pashinián concedió que la decisión “no implica una victoria”, pero aseguró que “no hay derrota hasta conocerse a uno mismo”.
“Nunca nos conoceremos a nosotros mismos y este debería ser el comienzo de una era de unidad nacional, una era de renacimiento. Necesitamos analizar nuestros años de independencia y planear el futuro para no repetir los errores del pasado”, agregó.
Azerbaiyán, con apoyo de Turquía y mercenarios sirios y libios desplegados por Ankara, inició una guerra contra Karabaj el 27 de septiembre. Estimaciones iniciales indican que la cantidad de muertos asciende a casi 1.300, pero se teme que el balance sea muy superior.
Durante el transcurso del conflicto, autoridades armenias denunciaron numerosos ataques por parte de Bakú a la población civil, especialmente sobre las ciudades de Stepanakert y Shushi, las dos de mayor magnitud de la región.
Entre ellos se contaron episodios que fueron denunciados como posibles crímenes de guerra.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó la semana pasada que existen elementos para considerar que ese fue el caso, nombrando como ejemplos “ataques indiscriminados” contra escuelas y hospitales.
Ereván también denunció que a principio de mes Bakú bombardeó su territorio, matando a un civil e hiriendo a dos personas. Entre los distintos ataques denunciados se destaca también el uso por parte de Azerbaiyán del sistema misilístico Smerch, un devastador mecanismo bélico de diseño soviético que esparce explosivos y bombas a lo largo de una zona amplia.
Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiita de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dando lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos.