Las sequías se agudizaron en Chile a pesar de que el país sudamericano se encuentra en pleno invierno y se encuentra a la falta de precipitaciones, que ha dejado los imponentes y típicamente nevados Andes casi desnudos, los niveles de los embalses bajos y los campos agrícolas resecos.
Se han registrado solo 78 milímetros de lluvia en lo que va del año, en comparación a los 180 del mismo lapso del año pasado, y un promedio estándar de 252 milímetros, según el Servicio Meteorológico de Chile.
Científicos del clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtieron que las olas de calor extremo, que antes golpeaban una vez cada 50 años, ahora se esperan una vez cada década.
Expertos y políticos en Chile han advertido sobre la acuciante, y potencialmente irreversible, escasez de agua en la región central que alberga la mayor parte de su población, incluyendo Santiago, una ciudad de seis millones de habitantes y motor económico del país.
Dos importantes ríos que proporcionan agua a la capital, el Mapocho y el Maipo, tienen menos agua que en 2019, el año más seco en la historia del país, lo que llevó a los reguladores a tomar medidas drásticas en el uso del recurso y buscar fuentes alternativas.
Empresas de servicios públicos han invertido mucho en nueva infraestructura para evitar la llegada del “Día cero”, en que los grifos se secan.
“El día cero para los habitantes de zonas rurales de la zona central llegó hace casi una década, 400 mil personas que habitan en zonas rurales de Chile reciben hoy agua en camiones”
Chile podría volver a registrar este 2021 un nuevo récord de bajas precipitaciones y una situación similar a la de 2019, el año más seco de la historia del país.
“Desgraciadamente no tenemos buenas noticias, lo que estamos enfrentando no es una sequía, no es una emergencia puntual, esto es algo permanente”, alertó el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno