El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, prohibió a Irán importar las vacunas estadounidenses Pfizer-BioNTech, Moderna y la británica Astrazeneca COVID-19, un reflejo de la desconfianza política que el régimen tiene hacia Occidente.
Pese a la cifra de fallecimientos en el país, dijo que la importación de vacunas estadounidenses y británicas estaba “prohibida”.
“Realmente no confío”, dijo Khamenei sobre esas naciones. “A veces quieren probar” sus vacunas en otros países.
La declaración refleja décadas de relaciones tensas entre Irán y Occidente que no disminuyeron en los últimos días de la presidencia del presidente Donald Trump.
Las preocupaciones aumentaron especialmente en las semanas previas al primer aniversario del 3 de enero del abatimiento de un alto general iraní en Irak por Estados Unidos.
Esta semana apareció una serie de medidas destinadas a aumentar la influencia de Irán antes de que el demócrata Joe Biden se convierta en presidente el 20 de enero.
Durante su discurso de 50 minutos el viernes, Khamenei abordó la transición de poder en los Estados Unidos burlándose de la política estadounidense después de la turba en el Capitolio.
No es la primera vez que los más duros del régimen se han opuesto durante mucho tiempo a las vacunas fabricadas en Estados Unidos. En diciembre, la Guardia Revolucionaria de Irán rechazó por completo el uso de vacunas de fabricación extranjera