El golpe de Estado en Birmania vivió una de sus jornadas más sangrientas, este sábado más de 90 personas fueron asesinadas por fuerzas de seguridad de la junta militar golpista.
Las muertes ocurrieron durante las protestas contra el régimen que coincidieron con el desfile anual del Día de las Fuerzas Armadas.
Entre las víctimas más jóvenes, según han reportado los medios locales, habría un niño de cinco años.
“Hoy es un día de vergüenza para las fuerzas armadas”, dijo en un foro en línea el doctor Sasa, portavoz de CRPH, un grupo anti junta creado por legisladores depuestos.
Más de 300 personas han perdido la vida desde el pasado 1 de febrero, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).
Como parte de la respuesta internacional a la brutalidad de la Junta, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron el jueves nuevas sanciones contra intereses militares birmanos.
En las dramáticas escenas de hoy se ha visto cómo los soldados disparaban a los manifestantes en las calles y dentro de sus viviendas.
Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi, como ya hiciera en 2015. Las elecciones fueron consideradas legítimas por los observadores internacionales.