Cada año millones de personas en Estados Unidos esperaban a las afueras de las tiendas para ser de los primeros en comprar en las ofertas del famoso Black Friday, a empujones, peleas y hasta “saqueos” de anaqueles por llevarse la oferta del año.
Hace tiempo los descuentos parecían una locura y aunque hay compradores que aún esperan a las afueras de las tiendas con un intenso frío, la tradición ya no es como antes.
Resalta entonces la pregunta ¿por qué ya no tiene el auge como antes?
Pasa que los consumidores han cambiado radicalmente sus hábitos, sumado a que ahora las promociones comienzan antes y las ventas ya no se limitan a un único día. Esta expansión ha diluido la urgencia de acudir a las tiendas.
Además, comprar desde la comodidad del hogar en línea, se ha vuelto la norma y la disponibilidad constante de descuentos reduce el atractivo de pasar horas en el frío para conseguir un buen precio.
La pandemia del COVID-19 también asestó un golpe significativo al Black Friday. Con el auge de las compras en línea durante la pandemia, muchos compradores evitaron las tiendas abarrotadas, creando nuevos hábitos de consumo que se mantienen hasta hoy.
Probablemente afecte también que en México se implementó el Buen Fin, un fin de semana de promociones y descuentos y que al menos en lugares fronterizos, si pudo haber afectado.