El Servicio Meteorológico Nacional por primera vez en la historia emitió una emergencia por inundaciones repentinas en la ciudad de Nueva York, tras caer los remanentes del Huracán Ida.
En Central Park cayeron 3.2 pulgadas de lluvia en una hora, estableciendo un nuevo récord; en Newark, Nueva Jersey, recibió la misma cantidad.
Ambas ciudades experimentaron precipitaciones que ocurren solo una vez en 500 años.
El resultado fue una de las crecidas más mortíferas y destructivas que haya azotado el área de los tres estados, incluido Pensilvania, con al menos 41 víctima mortales, hasta el jueves por la noche.
Los meteorólogos advirtieron sobre la tormenta con días de anticipación y la oficina en Nueva York del Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta por inundaciones repentinas el lunes. Pero las lluvias torrenciales tomaron a muchos desprevenidos.
El cambio climático provoca que las tormentas y los huracanes sean más poderosos; las investigaciones señalan que las tormentas no se volverán más frecuentes a medida que el mundo se calienta, sino más intensas, provocando grandes diluvios a menudo.
El cambio climático está haciendo que las tormentas carguen con más humedad, porque una atmósfera más cálida puede contener más humedad. Los científicos han estimado que por cada grado Celsius que aumente la temperatura, la atmósfera será capaz de contener un 7% más de humedad evaporada.
El calentamiento global está aumentando el riesgo de inundaciones.