La justicia británica continúa investigando para establecer responsabilidades en el accidente de avioneta que costó la vida al futbolista argentino Emiliano Sala, donde se confirmó que al momento del accidente la víctima presentaba un grave envenenamiento.
Durante el procedimiento legal el Dr Basil Purdue dijo que el joven “había muerto a causa de lesiones graves en la cabeza y pecho que cuadrarían con el accidente aéreo”, sin embargo, al momento del impacto se encontraba gravemente envenenado por monóxido de carbono.
En agosto de 2014 el Servicio de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido publicó un comunicado en el que afirma que Sala estuvo expuesto a monóxido de carbono mientras viajaba en avión, momentos antes de estrellarse en el Canal de la Mancha.
Las pruebas de toxicología mostraron que tenía un nivel de saturación de 58% de COHb (producto combinado de monóxido de carbono y hemoglobina) por lo que determinaron que a causa del envenenamiento pudo presentar síntomas como vértigo, visión borrosa y pérdida de conocimiento.
El avión privado en que volaba cayó a las aguas del Canal de la Mancha cuando el delantero del Nantes se dirigía a Cardiff, adonde acababa de ser traspasado por 19 millones de dólares.
El cuerpo del jugador, cuya desaparición conmocionó al mundo del fútbol, fue encontrado en el interior del avión más de dos semanas después, a 67 metros de profundidad. El cadáver del piloto, de 59 años, nunca fue hallado.