La inflación en Estados Unidos se ubicó en un máximo en 39 años, impulsada principalmente por los precios de la energía, un problema para el presidente Joe Biden que busca la aprobación de un millonario paquete de ayudas sociales y ambientales.
Los precios de consumo subieron en un mes ocho décimas, según publicó la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.
El 6.8% representa la cifra de inflación interanual más alta desde junio de 1982, a finales del gran período inflacionario de la década de los 70 en Estados Unidos, que se produjo a causa de unos precios del petróleo desbocados.
Los estadounidenses siguen pagando todo más caro, desde los alimentos hasta la ropa, pasando por los autos, la gasolina, los productos electrónicos o los pasajes de avión.
El mandatario había anunciado el mes pasado que su “prioridad principal” sería invertir la tendencia inflacionaria.
El dato de noviembre se situó incluso por encima de las predicciones de la mayoría de los analistas, que esperaban una tasa superior al 6% pero sin llegar al 7% como ha sido el caso.
Una inflación disparada como la que refleja el dato conocido hoy podría llevar a los responsables del banco central estadounidense a acelerar el ritmo o la cuantía de la retirada de los estímulos.