El COVID-19 ya no es una emergencia sanitaria internacional, luego de 1.191 días -tres años y tres meses- desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la alarma y hoy la ha dado por finalizada.
En este tiempo la crisis sanitaria ha dejado 765 millones de diagnósticos y 6,9 millones de muertes, según el recuento oficial, que se queda muy corto, pues según todas las estimaciones, la propia OMS calcula que se ha cobrado 20 millones de vidas.
Esta experiencia además de la salud, trastocó la economía mundial y devastó comunidades.
La tasa de mortalidad se ha desacelerado desde un pico de más de 100 mil personas por semana en enero de 2021 a poco más de 3 mil 500 en la semana hasta el 24 de abril, según datos de la OMS. Al 3 de mayo, el cuadro de indicadores de la OMS mostraba poco menos de 7 millones de muertes registradas oficialmente.
“Ayer, el Comité de Emergencia se reunió por decimoquinta vez y me recomendó que declarara el fin de la emergencia de salud pública de interés internacional. He aceptado ese consejo. Por lo tanto, es con gran esperanza que declare el fin de covid-19 como un emergencia sanitaria mundial”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Pero aclaró que eso no significa que el COVID haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial.