Agencias.- Estudios realizados con tecnología de punta confirmaron que un lingote de oro hundido hace 500 años en los canales de Tenochtitlan es un vestigio de la Conquista española correspondiente a la Noche triste, dio a conocer el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
La llamada Noche triste, se le conoce así a la derrota sufrida por los soldados de Hernán Cortés y sus aliados a manos del ejército mexica el 30 de junio de 1520.
El director del Proyecto Templo Mayor del INAH, Leonardo López Luján, explicó que pese al sitio del hallazgo al norte de la Alameda Central de Ciudad de México en marzo de 1981, en correspondencia con la ruta de la fuga de Cortés, y las características de la barra metálica, que coinciden con las referidas en fuentes históricas, se estimaron necesarios nuevos estudios.
El arqueólogo explicó que desde mediados de la década de 1970 se han efectuado estudios sistemáticos de la composición química de varias colecciones arqueológicas, “poniendo énfasis en su contenido porcentual relativo de oro, plata y cobre”.
En comparación con la de otras áreas mesoamericanas como la maya o la mixteca, las piezas de oro recuperadas en las excavaciones del Templo Mayor cuentan con los menores porcentajes de cobre.
Confirman que "tejo de oro" hundido hace 500 años en los canales de México-Tenochtitlan, corresponde a la huida de la isla, emprendida por Hernán Cortés y sus huestes.
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— INAHmx (@INAHmx) January 9, 2020
Para estudiar el “tejo de oro”, con la ayuda del doctor José Luis Ruvalcaba, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, se usó el equipo portátil bautizado como “Sandra”, dotado de Fluorescencia de Rayos X (XRF), “una probada técnica multielemental de alta sensibilidad, no destructiva, no invasiva y sumamente rápida”.
El lingote, de 193 kilos, fue descubierto a mediados de 1981 por Francisco Bautista, quien falleció en 2019, lo encontró a 4.8 metros de profundidad y se encargó de entregarlo a los arqueólogos.
La ubicación del hallazgo concordaba con el camino seguido por Cortés y sus hombres en la Noche triste.
López Luján resaltó que este lingote es una pieza “clave” en el rompecabezas de ese suceso histórico, pues coincide con la descripción que Bernal Díaz del Castillo hizo de los “tejos de oro” que se obtuvieron de la fundición del “Tesoro de los antepasados de Moctezuma”.
Asimismo, en el Códice Florentino se asienta e ilustra que, una vez consumada la venganza, los mexicas regresaron a los canales a buscar los objetos expoliados y es curioso que uno de ellos aparece portando una espada en la mano derecha y un “barrete de oro” en la izquierda”.