Redacción.- El Día Mundial contra la Lepra, que se conmemora el último domingo de enero, tiene entre sus objetivos brindar información certera acerca de la enfermedad, para que la población conozca los síntomas de este padecimiento, reciba atención oportuna, evitar las complicaciones y, en el caso social, no estigmatizar a estos pacientes, indicó el Instituto Mexicano del Seguro Social.
El doctor Gutiérrez Hernández explicó que además de llevar a cabo una estricta vigilancia de la evolución del paciente, se considera al entorno familiar y social de la persona con el padecimiento, a fin de evitar que se propague el contagio con acciones oportunas de diagnóstico y tratamiento para quienes presentan síntomas.
No obstante, afirmó que la tasa de infección es particularmente baja en el caso de la lepra, ya que menos del diez por ciento de las personas que estuvieron en contacto con una persona con el padecimiento desarrollarán la enfermedad.
En el caso de México, indicó que durante el 2019 el IMSS atendió de manera oportuna e integral a 22 personas con este diagnóstico, la mayoría de los casos se concentraron en seis entidades en Coahuila, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit y Sinaloa.
Respecto a las características de la enfermedad, dijo que el contagio se da de una persona que ya tiene lepra a otra, a través de la saliva al momento de estornudar o toser; afecta más a los hombres en una proporción de dos a uno, y si bien el contagio puede presentarse en cualquier etapa de la vida, la mayoría de los casos lo presentan personas entre la segunda y tercera década de la vida.
Explicó que la OMS hizo el planteamiento para erradicar la enfermedad bajo tres pilares: concientizar a la población para la detección temprana de los síntomas; adiestrar a los profesionales de la salud para el diagnóstico oportuno y otorgar tratamiento al inicio del padecimiento, para lograr así la cura total y evitar secuelas.
Esta enfermedad, dijo, data de civilizaciones 400 años antes de nuestra era; “inicialmente se pensaba que era una enfermedad hereditaria, se estigmatizaba a los pacientes y se les excluía de la vida social. En México se ignora exactamente el tiempo de aparición, si fue antes o después de la Conquista, lo que se sabe bien es que en 1528 se construyen los primeros leprosarios, sitios prácticamente amurallados que excluían a las personas, y los que se lograban fugar, diseminaban la infección”