Redacción.- Un vuelo comercial sirio aterrizó hoy en Alepo procedente de Damasco, reanudando los vuelos internos entre las dos ciudades más grandes de Siria por primera vez desde 2012.
El vuelo, que llevaba a miembros del gobierno y periodistas, era un mensaje simbólico del gobierno del presidente, Bashar al Assad, días después de que sus fuerzas consolidaran su control en la provincia noroccidental de Alepo y tomaran los últimos tramos de la estratégica autopista M5 que conecta Alepocon Damasco.
La carretera se reabrió por primera vez en ocho años.
Respaldadas por intensos ataques aéreos rusos, las fuerzas del gobierno llevan semanas de ofensiva para retomar las zonas rurales de Alepo y parte de la vecina provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, las últimas zonas bajo control rebelde en el país.
La ofensiva ha hecho huir a cientos de miles de civiles hacia la frontera con Turquía, en uno de los movimientos más grandes de desplazados en los ocho años de guerra.
Huyendo de las bombas, muchos se marcharon con sus pertenencias apiladas en vehículos y ahora duermen en carpas o cobijados bajo árboles en campo abierto cerca de la frontera turca, pese a las gélidas temperaturas.
Naciones Unidas estimó el 1 de diciembre que había más de 900 mil civiles desplazados, más de la mitad mujeres y niños.
La campaña militar también ha matado a cientos de civiles e interrumpido las entregas de ayuda humanitaria en pleno invierno.
El vuelo de Syrian Air aterrizó en el aeropuerto de Alepo tras un viaje de 40 minutos desde Damasco.
Antes el miércoles, el ministro sirio de Turismo, Bishr al-Yazigi, y el ministro de Transportes, Ali Hammoud, declararon abierto el aeropuerto.
El aeropuerto llevaba cerrado desde 2012 por los combates, después de que Alepo quedara en manos rebeldes.
Respaldado por Rusia e Irán, el Ejército sirio expulsó a los rebeldes de Alepo en diciembre de 2016 tras una dura campaña de años de asedio y bombardeos. El aeropuerto abrió brevemente en 2017 entre mucha fanfarria, pero volvió a cerrar por motivos de seguridad.
La ofensiva de Damasco sobre Idlib ha tensado la relación entre Moscú y Ankara, que apoyan a bandos opuestos en la guerra, pero llevan varios años coordinando sus movimientos en la provincia siria.
Una tregua mediada por los dos países se derrumbó a finales de 2019, lo que derivó en la actual ofensiva con apoyo ruso.
Turquía está presionando a Rusia para que obligue al gobierno sirio a retirarse a las posiciones que mantenía antes de su avance sobre Idlib y Alepo