Por: Roberto Rojas
Allende, Coahuila.- Gilmer Noé Guardado, un refugiado hondureño, llegó a la región de los Cinco Manantiales tras huir de su país debido a amenazas de muerte por parte de la Mara Salvatrucha. Su esposa se negó a volver con un cabecilla de la organización, lo que los obligó a abandonar Honduras y empezar de cero en Nava, donde vive gracias al apoyo de las autoridades mexicanas.
Aunque logró escapar, enfrentó dificultades económicas y de salud. Una hernia le impide trabajar como albañil, su oficio de toda la vida, obligándolo a pedir ayuda en las calles de Allende y Nava para mantener a su familia. Guardado espera recuperarse pronto y regularizar su situación migratoria para acceder a un empleo digno.
A pesar de los retos, agradece la solidaridad de los mexicanos y se siente afortunado de vivir en un lugar donde la delincuencia no es tan agresiva como en su país. Su historia refleja las adversidades y la resiliencia de los migrantes, quienes buscan un futuro mejor lejos de la violencia.