El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, subió al estrado por primera vez este martes 10 de diciembre, en su largo juicio por corrupción, afirmando que está siendo acosado por sus políticas de seguridad de línea dura.
De acuerdo a Forbes, Netanyahu, de 75 años, es el primer primer ministro en ejercicio de Israel acusado de un delito.
Presta declaración al mismo tiempo que Israel está inmerso en una guerra en Gaza y se enfrenta a posibles nuevas amenazas planteadas por la agitación regional, incluida Siria.
La semana pasada, los jueces dictaminaron que Netanyahu, acusado en 2019, debe testificar tres veces por semana, lo que obliga al veterano líder israelí a hacer malabarismos entre la sala del tribunal y la de guerra del Ministerio de Defensa, a minutos del tribunal.
El Líder del partido derechista Likud, arremetió contra los medios por lo que denominó como su postura izquierdista y acusó a los periodistas de haberlo acosado durante años porque sus políticas no se alineaban con un impulso para un estado palestino.
Los fiscales acusan a Netanyahu de conceder favores regulatorios por valor de unos unos 500 millones de dólares a Bezeq Telecom Israel a cambio de una cobertura positiva de su persona y de su esposa Sara en un sitio web de noticias controlado por el antiguo presidente de la empresa.
También se le acusa de negociar un acuerdo con el propietario del diario Yedioth Ahronoth para obtener una mejor cobertura a cambio de legislación para frenar el crecimiento de un periódico rival. Netanyahu niega las acusaciones contra él y se ha declarado inocente.