El ejército israelí lanzó el domingo una ola de bombardeos contra Hezbolá en Líbano, ataques que dejaron más de 100 muertos, dos días después de haber asesinado al líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá, junto con decenas de otros miembros del grupo.
“Ningún lugar está demasiado lejos para Israel” advirtió el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, tras los bombardeos.
Debido a que en otro frente, Israel dijo que golpeó objetivos de los rebeldes hutíes en el oeste de Yemen, después de que estos insurgentes proiraníes reivindicaran el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv.
Al respecto, el Frente Popular para la Liberación de Palestina afirmó ayer que tres de sus líderes murieron en un ataque israelí en Beirut, dirigido contra el distrito de Kola.
El Ministerio de Sanidad libanés ha dicho que más de mil libaneses han muerto y 6 mil han resultado heridos en las últimas dos semanas, sin decir cuántos eran civiles. Según el gobierno, un millón de personas han huido de sus hogares.
En tanto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó una operación de emergencia para ayudar a un millón de personas afectadas por la reciente escalada del conflicto en Líbano, anunció ayer dicha agencia de las Naciones Unidas.