Habitantes del sureste de Estados Unidos vieron cómo el poder de una tormenta trastocaba sus vidas, enfrentándose ahora al enorme desafío de reconstruir, tras el paso del huracán Helene la semana pasada cuya cifra de víctimas mortales ya supera el centenar.
Algunas de las carreteras y puentes desaparecieron; el servicio de electricidad podría tardar una semana o más en ser restablecido además los servicios de emergencia están sobrecargados.
Más de 100 personas han muerto en seis estados, lo que convierte a Helene en uno de los huracanes más mortíferos de los últimos 50 años, además de que muchos siguen desaparecidos.
El presidente Joe Biden visitará algunas de las comunidades afectadas a finales de esta semana, “tan pronto como no interrumpa las operaciones de respuesta a emergencias”, dijo la Casa Blanca. El mandatario aprobó la ayuda en caso de desastre y ha estado en contacto con los gobernadores donde los daños fueron más graves.
Por su parte el expresidente Donald Trump envió este domingo sus condolencias a los afectados por Helene, que fue el huracán más fuerte registrado en azotar la región Big Bend de Florida.
Los remanentes de Helene continúan trayendo lluvias a partes del Atlántico medio. Las lluvias más fuertes son posibles en partes del centro de Virginia y el este de Virginia Occidental, donde se emitieron alertas de inundación.
Según el Centro de Predicciones Meteorológicas, es posible que se produzcan precipitaciones de 25 a 50 milímetros por hora y totales de lluvia de 25 a 76 milímetros.