Durante las obras del Tren Maya, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron una vasija con inscripciones jeroglíficas, que tras una serie de trabajos, develaron su narrativa oculta por más de mil años.
El vestigio arqueológico está dedicado a Cholom, noble de la antigua ciudad de Oxkintok, y mide 8.5 cm de altura por 21 cm de diámetro.
La traducción del arqueólogo Ricardo Mateo Canul permite leer: “El señor dice, en su superficie, ha sido tallado, en su tazón o cajete, en su vaso, para atole, de Cholom, el sajal”.
Después de un estudio arqueológico y epigráfico, descubrieron que está dedicada a un personaje llamado Cholom, noble de quien ya se tenía registro en otras piezas cerámicas que le asocian a la elite de la antigua ciudad de Oxkintok.
“El sajal es quien transmite. No eran gobernantes pero sí nobles educados para poder escribir y leer los glifos, así como para comunicar en voz alta las órdenes del ajaw o gobernante”
La vasija fue descubierta junto a un plato, ambos datan del periodo Clásico Tardío maya (600–800 d.C.). Aun se desconoce si eran de función ritual o de uso cotidiano.
Cuentan con un estilo Chocholá, característica del norte y occidente del estado de Yucatán. Esta engloba a obras cerámicas que presentan texto jeroglífico en bajorrelieve.
En el salvamento arqueológico del Tren Maya se han descubierto 40 objetos y más de 80 mil fragmentos de vasijas.