Impactantes imágenes de las inundaciones en el sur de Brasil, han destacado la severidad de la tragedia climática en la región, con históricas inundaciones.
Edificaciones y viviendas apenas visibles bajo el agua marrón, donde residentes luchan desesperadamente por encontrar refugio en medio del caos.
“Es una tragedia climática cuya dimensión nadie imaginaba y no acabó. El agua está bajando a otros lugares y va a llegar a otros municipios, y eso es muy grave”
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó de que la tragedia climática “aún no ha acabado”, tras registrar al menos 90 muertos, 132 desaparecidos y cerca de 1.4 millones de damnificados.
La histórica crecida de varios de los principales ríos de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, ha provocado estragos en 388 municipios y obligado a casi 200 mil personas a evacuar sus hogares.
Las autoridades brasileñas están centradas en rescatar a los sobrevivientes que aún están aislados, mientras trabajan para garantizar energía y agua a la población.
Los tres poderes de la nación se han movilizado para liberar recursos para ayuda humanitaria, construir albergues y dar asistencia a las miles de víctimas.