SpaceX consiguió hacer aterrizar a su prototipo Starship tras una prueba de vuelo a gran altitud, sin embargo poco después se incendió y explotó.
La SN10 tocó suelo en Boca Chica, Texas, en contraste con sus predecesoras SN8 y SN9, que se estrellaron.
La nave tocó suelo y luego se desató un incendio alrededor de su base, que finalmente 8 minutos más tarde, explotó.
La SN10, sin tripulantes abordo, salió de la plataforma de lanzamiento en un vuelo vertical impulsada por tres motores propulsados por metano, que se fueron apagando de forma secuencial según alcanzó la altura de 10.000 m.
Pese a todo, SpaceX encuentra elementos muy positivos en la prueba por el hecho de que la nave ejecutara sus maniobras de vuelo y consiguiera tocar tierra.
SpaceX busca que sus Starships reemplacen a la actual generación de cohetes Falcon, que llevan a cabo misiones, con tripulación o de carga, para la NASA, las fuerzas armadas y otras de carácter comercial.