Un anciano sacerdote ortodoxo fue detenido por la policía luego de gritarle al Papa Francisco que era un “hereje” cuando este se disponía a entrar al arzobispado ortodoxo en Atenas, Grecia.
Inmediatamente, la Policía intervino y alejó al religioso de la zona.
“Eres un hereje”, exclamó el religioso cuando Francisco llegó a la residencia del arzobispo Jerónimo II, jefe de la Iglesia Ortodoxa griega, para una reunión.
El pontífice pareció no darse cuenta del incidente y en contraste con la actitud del manifestante, Jerónimo II recibió a Francisco “con un sentimiento de honor y fraternidad”.
Francisco renovó la petición de “perdón” de los católicos a los ortodoxos, refiriéndose a los “errores” y a la “vergüenza” de la Iglesia, 20 años después del gesto simbólico de Juan Pablo II.