Su nombre era Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, pero cuando entró en la Orden de los Frailes Menores en 1220, cambió su nombre a Antonio.
El 13 de junio de cada año se le conmemora, realizó varios milagros durante su vida por los que fue canonizado y ha pasado a la historia como el santo que ayuda a encontrar las cosas perdidas y el santo de los solteros.
Se le conoce como el “Santo de las Cosas Perdidas” por un suceso que tuvo en vida. Durante su estancia en Bolonia como maestro, un día desapareció su libro de Salmos, pero en lo que se trataba de que lo había perdido o si se lo habían robado, Antonio pensó en la misma solución: rezar para hallarlo.
Finalmente, un joven que se lo había quitado, se lo terminó devolviendo. Ese libro se conserva en la actualidad en el convento franciscano de Bolonia. Por eso se reza a San Antonio para encontrar objetos perdidos.
Además es conocido como el “el santo del amor”, pero ¿por que algunos lo ponen de cabeza? a veces es colocado así como parte de una creencia en la que señalan que de esta manera ayuda a encontrar un buen amor; sin embargo, la Iglesia católica considera una superstición y de hecho lo califica como una idolatría.