Redacción.- Con más de 1,700 muertos y casi un año después de que se declarara el brote, la epidemia de ébola que asola República Democrática del Congo ha sido declarada emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud.
La doctora mexicana de Médicos sin Fronteras (MSF), Ximena Campos, ha trabajado en el corazón de esta epidemia en los departamentos orientales de Kivu Norte e Ituri, donde se concentran la mayoría de los casos.
“Cuando crees que está controlado, que no hay nuevos pacientes, aparece de nuevo en otra zona”, cuenta Campos desde la República Democrática del Congo, donde MSF tiene más de medio millar de personas trabajando en varios frentes.
“Hoy el epicentro es en un lugar, en dos, tres semanas se mueve a otro lugar”, agrega la doctora, lo que ha hecho imposible controlar el virus.
Las alarmas se dispararon cuando se detectó un nuevo caso en Goma, a 350 kilómetros del foco de la epidemia, una ciudad congolesa de unos dos millones de habitantes es un punto de tránsito clave en el país, con un aeropuerto internacional, un puerto lacustre y una porosa frontera con la vecina Ruanda.
“La transmisión de este virus es bastante intensa. Todas las semanas hay al menos un caso, y puede pasar de dos a 15 o 20 en unos días”, explica Campos.
La República Democrática del Congo, con una superficie más de cuatro veces la de España y fronteras con nueve países, es una pesadilla logística para luchar contra la enfermedad.
En las últimas semanas, la epidemia se ha recrudecido pese a los crecientes esfuerzos tanto desde el Gobierno congoleño como organizaciones internacionales.
Hicieron falta siete meses para alcanzar los primeros 1,000 casos. Sin embargo, tan solo entre marzo y junio el número se ha duplicado con otros 1.000 casos. En total, se han contabilizado al menos 2,546 contagios, de los que han fallecido 1.715, según cifras recopiladas por el Ministerio de Sanidad congoleño.
De hecho, casi la mitad de las víctimas mueren fuera de los centros de tratamiento, ya porque el caso no se detecta hasta que es demasiado tarde o porque el enfermo decide no acudir, pudiendo contagiar en el proceso a familiares y conocidos.
Se trata del segundo brote del virus hemorrágico más grave de la historia, sólo por detrás del que tuvo lugar en África occidental en 2013-2016, que causó más de 11.300 muertes.
Más de 160,000 personas ha recibido la vacuna contra el ébola, desarrollada durante el virulento brote de 2013-2016 en África Occidental. Sin embargo, no todos creen en la enfermedad. “Hay algunos que piensan que el ébola no existe, o no se fían de los doctores extranjeros”
Aunque los trabajadores sanitarios han sufrido también la epidemia, con 136 contagiados en un año, Ximena confía en regresar a casa sana y salva, como después de otras tantas misiones y epidemias en África, Haití y Oriente Medio en las que ha trabajado.