Una familia en Los Ángeles, California hizo un descubrimiento millonario cuando limpiaron la casa donde había vivido su difunto padre en Pico-Union, un vecindario de la ciudad.
John Reyes, su esposa Elizabeth, la hermana de esta, un primo y sus respectivos cónyuges, iban a rehabilitar el inmueble donde había vivido su padre, Fritz, con su hermano, ambos inmigrantes alemanes.
Los parientes comentaron que ambos hombres tenían la costumbre de “guardarlo todo” y que a la familia le había tomado años limpiar el domicilio.
Estaban trabajando cuando les llamó la atención una gran cantidad de centavos desperdigados en el suelo del sótano de la casa, hallazgo que los condujo a varias cajas llenas de estas monedas. Y de este descubrimiento otro mayor: docenas de bolsas de las que usan los bancos para almacenar cambio.
Al inspeccionar las monedas con más detenimiento, notaron que los centavos eran de cobre y no de zinc, como los actuales, pues Estados Unidos cambió el metal con que se elaboran los centavos en 1982.
Pesaron las bolsas y determinaron que se trataba de al menos un millón de centavos.
Han buscado sin éxito un banco que acepte tantos centavos a la vez, o algún comprador: la oferta inicial es de 25,000 dólares por todos los centavos.