El estado de Uttar Pradesh, el más poblado de la India con más de 200 millones de habitantes busca poner en marcha nuevas y rigurosas políticas de contención demográfica.
Entre las propuestas que las autoridades consideran, figuran incentivos en efectivo y ventajas de atención médica y educación gratuita para los padres que tengan uno o dos hijos máximo.
Asimismo, se plantean recurrir la esterilización voluntaria para garantizar lograr “equilibrio de población entre diversas comunidades”.
Aunque también se prevén castigos para las familias más numerosas, lo que incluiría la prohibición de postularse para un cargo público, trabajar para el gobierno o acceder a los beneficios sociales que otorga el Estado.
Con esto se pretende combatir la superpoblación en un territorio donde, entre otras cosas, la pandemia puso de relieve el problema de los cementerios desbordados, hasta el punto de que hace un mes una crecida del río Ganges se llevó numerosos cadáveres mal sepultados.
La sociedad india conserva malos recuerdos de la campaña de esterilización forzada que afectó a millones de personas a partir de la década de 1970. “Cada vez que ha habido control de la población, se ha provocado violencia contra los cuerpos de las mujeres”, recordó una activista feminista.