Con apenas 21 años, April Burrell, una estudiante de contabilidad, comenzó a perder la consciencia, a sufrir alucinaciones y llegó un momento en que ya no fue capaz de realizar ninguna tarea por sí misma.
Quedó atrapada en un estado catatónico del que, después de dos décadas, acaba de despertar.
Gracias a un novedoso tratamiento médico en 2020 la mujer “volvió a ser ella misma”, según las palabras de su medio hermano mayor, Guy Burrell al diario The Washington Post .
Un grupo de más de 70 expertos de varias partes del mundo liderados por el doctor Sander Markx, director del laboratorio de precisión psiquiátrica de la Universidad de Columbia, descubrieron que Burrell padecía una enfermedad autoinmune llamada lupus.
Esta enfermedad hacía que el cuerpo se atacara a sí mismo con los anticuerpos que sus propias células producían en exceso, lo que estaba ocurriendo en su cerebro, en particular las zonas propensas a causar psicosis o esquizofrenia, enfermedades mentales graves pero comunes.
Ante ello pensaron que si la sometían a un tratamiento de lupus neuropsiquiátrico para atacar su enfermedad, su salud mental podría mejorar.
Los resultados de su tratamiento sorprendieron a los expertos desde las primeras pruebas.
A partir de esa asombrosa experiencia de recuperación, los expertos han encontrado a otros 200 pacientes internados en hospitales psiquiátricos con enfermedades autoinmunes, a quienes creen que podrían ayudar con un tratamiento similar al de Burrell.
También están realizando investigaciones en pacientes y han descubierto que los procesos autoinmunes e inflamatorios subyacentes pueden ser más comunes de lo que se creía en pacientes con enfermedades mentales.
Y aunque aún se trata de un pequeño número de pacientes, los resultados positivos de los tratamientos podrían tener implicaciones en cómo se trata a millones de personas con enfermedades psiquiátricas alrededor del mundo.