Uno de los volcanes de más alto riesgo de California ha pasado por cambios geológicos y mayor actividad sísmica durante décadas, lo que a veces es un precursor de una erupción.
Sin embargo, afortunadamente no se esperan actividad supervolcánica, según investigadores de Caltech que publicaron hallazgos la semana pasada, de acuerdo a Telemundo Noticias.
Han estado estudiando Long Valley, que incluye el área de Mammoth Lakes en el condado de Mono, que se considera como la boca de un volcán o caldera, informó el diario Los Angeles Times.
En 2018, esta fue clasificada como “amenaza muy alta”, la categoría de mayor riesgo del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), junto a otros dos volcanes en el estado: el Monte Shasta en el condado de Siskiyou y el Centro Volcánico de Lassen, que incluye el Pico Lassen en el condado de Shasta.
La Caldera de Long Valley es una depresión amplia de tierra al este de la Sierra Nevada. Está aproximadamente a 40 millas al este del Valle de Yosemite, a 200 millas al este de San Francisco y a 250 millas al norte del centro de Los Ángeles.
Los científicos han estado observando la Caldera de Long Valley por mucho tiempo, notando los terremotos y las fluctuaciones del suelo que comenzaron hace cuatro décadas. En general, los cambios en la forma del terreno y la actividad sísmica se observan comúnmente antes de las erupciones, pero eso no necesariamente significa que una erupción ocurrirá pronto.