Redacción.- La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos informó que se han detectado condiciones de calentamiento de las aguas en el norte del Pacífico.
Pero no sería la primera vez, hace cinco años, en 2014, este extraño fenómeno provocó daños muy importantes en la vida marina y los recursos pesqueros desde Alaska hasta California.
El fenómeno fue denominado coloquialmente como el Blob (en castellano, la mancha o la burbuja, en este caso, de agua caliente).
Los expertos reconocieron hace cinco años que se encontraban ante una situación desconocida posiblemente relacionada con fenómenos meteorológicos como las altas presiones en el invierno boreal 2013-2014, la Oscilación Decadal del Pacífico y El Niño.
Algunos especialistas sugirieron una causa más profunda pero no pudieron aportar conclusiones sobre su alcance y su relación con el cambio climático.
En condiciones normales el agua fría se eleva de las profundidades del océano a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos y Canadá facilitando la vida marina. Ahora, la ola de calor parece moverse hacia la costa y afectar a la aguas en zonas como la del estado de Washington, según se observa en el mapa de anomalías térmicas elaborado por la NOAA.
Al igual que el Blob, la nueva ola de calor ha surgido en las últimas semanas coincidiendo con una cresta de alta presión amortiguaba por los vientos que dificultan el movimiento normal de las aguas. Los pronósticos actuales muestran que la ola de calor se modera pero continuará durante meses.
La NOAA destaca que una pregunta clave es si la nueva ola de calor durará lo suficiente como para afectar el ecosistema marino. Los biólogos dicen que su gran tamaño significa que probablemente ya lo haya hecho.
Igualmente, el Blob provocó una mayor floración de algas nocivas y graves pérdidas en el sector pesquero.