El aspartamo, uno de los edulcorantes artificiales más comunes en el mundo será declarado como posible carcinógeno el próximo mes por la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfrentándose a la industria alimentaria y reguladores.
Este es utilizado en productos que van desde los refrescos dietéticos de Coca-Cola hasta goma de mascar y algunas bebidas Snapple.
Se incluirá en julio como “posiblemente cancerígeno para los humanos” por primera vez por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (CIIC), la rama de investigación del cáncer de la OMS.
El aspartamo ha sido objeto de numerosos estudios durante años. El año pasado, un estudio de observación realizado en Francia entre 100.000 adultos demostró que las personas que consumían mayores cantidades de edulcorantes artificiales -incluido el aspartamo- tenían un riesgo de cáncer ligeramente superior.
A principios de la década de 2000, el Instituto Ramazzini de Italia publicó un estudio en el que se relacionaban con el aspartamo algunos tipos de cáncer en ratones y ratas.
La inclusión del aspartamo en la lista de posibles carcinógenos pretende motivar más investigación, según fuentes cercanas al CIIC, lo que ayudará a agencias, consumidores y fabricantes a sacar conclusiones más firmes.