Tres capitales de provincia más, cayeron del lado de los talibanes quienes ya controlan nueve de las 34, coincidiendo con la retirada de las fuerzas armadas de Estados Unidos del país, informaron funcionarios afganos.
Aunque Kabul no se ha visto directamente amenazada, la ofensiva sigue poniendo a prueba a las fuerzas de seguridad afganas, que ahora en su mayoría combaten solas a los talibanes.
Un alto funcionario de la Unión Europea indicó que al menos 65 por ciento del territorio está controlado ya por insurgentes y que el ejecutivo central de Kabul sigue perdiendo terreno.
Dijo a manera de anonimato, que los insurgentes ocupaban unos 230 distritos de los 400 existentes en Afganistán, otros 65 estaban en manos del gobierno y los demás en disputa.
Tras una misión militar occidental de 20 años y una inversión de miles de millones de dólares en entrenamiento y refuerzo de las fuerzas de seguridad afganas, muchos no se explican su derrumbe, huyendo de la batalla, en ocasiones por cientos.
El enviado de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, advirtió a los talibanes el martes que cualquier gobierno que llegue al poder por la fuerza en Afganistán no será reconocido por la comunidad internacional.
Decenas de miles de personas han huido de sus casas en el norte del país por los combates que han asolado sus localidades y aldeas.
Las familias que han llegado a la capital viven en parques o en la calle con poca comida o agua.